Descubriendo Chimbote

Siempre estuve de paso por Chimbote y nunca me detuve a conocer sus atractivos turísticos. Obviamente, al margen de sus playas como Tortugas, esta ciudad de la provincia del Santa en Ancash cuenta con algunos sitios arqueológicos interesantes que descubrí de regreso de mi viaje por el norte.

Venía con las piernas un poco entumecidas, así que decidí quedarme en Chimbote. Camino a la Plaza de Armas entré a un hostal donde dejé mis cosas. Sin pedírselo, la encargada me sacó unos folletos sobre las Ruinas de San Pedro y el Santuario de Punkuri, y me sugirió que los visitara porque eran lo mejor que tenía ciudad.

La verdad que llamó mi atención porque no tenía idea de que en Chimbote había este tipo de atractivos poco difundidos. Doña Luz, que así se llamaba la administradora del hostal, me dijo que la Huaca de San Pedro está a dos kilómetros de Chimbote partiendo de la Plaza de Armas, donde está la movilidad que te lleva a la zona, aunque también encontré varias agencias de turismo que hacen el recorrido a las ruinas.

En la Huaca de San Pedro destacaba una voluminosa pirámide trunca, construida con adobes paralelepípedos y mortero de barro, que tiene decoraciones con pinturas murales. Según me dijeron esto formaba parte del centro poblado mochica que existió en la zona, cuya población se abastecía de una extensa área cultivada regada por un canal que hasta ahora se mantiene por tramos.

En el lugar, la huaca es el testimonio de la ocupación mochica y de la preponderancia que tuvieron en todo el valle de Lacramarca, antes de avanzar a invadir el valle de Nepeña, que fue el límite sur y definitivo del Estado Mochica, entre los 300 a 700 años d. C.
Al día siguiente fui al Santuario de Punkuri que está a 30 kilómetros de Chimbote. En la esquina de Pardo y Gálvez se ubica el paradero de la línea 40 que me dejó en el pueblo de San Jacinto, precisamente a la entrada, en el distrito de Nepeña.

Este sitio arqueológico, que se dice es el edificio de barro más antiguo de América prehispánica, recién ha sido puesto en valor, pese a que tiene más de 4000 años de antigüedad. Además, tiene una extensión amplia de 1200 m² y forma piramidal escalonada, con plataformas que se comunican mediante escalinatas. En su interior hay motivos ornamentales –cabezas humanas, felinas y dibujos- chavinoides, pero sobre una plataforma más antigua de origen mochica. La verdad existe una mezcla de culturas, pues según explicó el guía hay coincidencias decorativas con los Chavín, la cerámica de tipo andina, así como el arte lítico de Cajamarca o Pacopampa (Chota). Resalta en medio del templo la efigie de la deidad Punkuri, una imagen de felino de grandes colmillos, delante de las gradas principales de este viejo santuario.

Terminé mi vista a estos sitios arqueológicos completamente satisfecho de lo que vi y dispuesto a seguir conociendo nuevos lugares de nuestro país. Solo es cuestión de buscar los destinos más atrayentes y enrumbar a la aventura. ¡Suerte y Felices Fiestas Patrias Perú!