jueves, 3 de septiembre de 2009

El Misti


A mi amigo Manuel le decimos el popular Marco Polo porque conoce todo el Perú como la palma de su mano. El piensa que viajar es vital, pues un hombre debe acumular a lo largo de su vida historias que contar. Hace poco, Marco Polo se enrumbó en una nueva aventura: ascender el Misti.
Este gigante natural se ubica a 5.825 m.s.n.m., tras una caminata ardua que se puede realizar sin tener mucha experiencia para esto. El ascenso se logra en aproximadamente 12 horas, pero el retorno se hace en menos tiempo, ya que las dunas y cenizas volcánicas que componen el suelo el Misti permiten que uno se deslice rápidamente cuesta abajo.
Las empresas que te llevan al volcán lo hacen por dos vía: el pueblo de Chiguata o por la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca. Los paquetes turísticos por lo general incluyen movilidad privada (camionetas 4 x 4), alimentación, guía profesional de montaña y equipo especial para la actividad.
La aventura de Marco Polo empezó a las 8 la mañana. La ruta que tomó su grupo fue por la reserva. La empresa los trasladó hasta las faldas del volcán a 3.200 m.s.n.m. El trayecto duró más o menos 2 horas y desde allí caminaron 6 más hasta el campamento base denominado Monte Blanco a 4.600 m.s.n.m.
Cada uno lleva 14 kilos de peso en equipo: carpas, bolsa de dormir, un botellón de 5 litros de agua, barras de chocolate y bastante abrigo. Por el día hace un calor infernal y por la noche la temperatura desciende hasta por debajo de los cinco grados, provocando que el agua de las botellas se convierta en escarcha y las barras de chocolate se congelaban tanto que son difíciles de partir.
Con Marco Polo subieron una pareja de españoles, una de norteamericanos, una de peruanos, tres canadienses, un suizo y un francés. Los acompañaron tres guías de montaña: uno que iba a la cabeza, otro al medio y un tercero al final para asistir a los rezagados. El mal de altura o soroche siempre cobra sus víctimas y esta vez atrapó a los españoles que tuvieron que quedarse en el campamento base sin poder terminar el ascenso.
Durante este recorrido desde las faldas del volcán, se puede observar una variedad de flora y fauna de la zona, así como experimentar los distintos climas. Los paisajes son realmente impresionantes. Una vez en el campamento, se arman las tiendas y los guías preparan la cena. El grupo se instala por parejas y descansa hasta las 3 de la mañana.
Llegar a la cumbre del Misti fue definitivamente el momento más satisfactorio del viaje de Marco Polo. Una cruz de hierro, totalmente cubierta en hielo recibe a los que logran coronar la cima, así como los majestuosos volcanes Chachani, Ubinas, Sabancaya y el nevado Ampato. También el volcán extinto y glaciar Coropuna y el volcán nevado Hualcahualca.
Solo un loco como Marco Polo puede realizar tremenda aventura, pero al ver la belleza del paisaje allá en las alturas, uno puede entender que el esfuerzo valió la pena. Aquí les dejo unas fotos del viaje de Marco Polo como prueba de su destreza alpina.

2 Comentários:

Hans Rivadeneira dijo...

aqui te dejo mis fotos de mi ascenso al Misti, espero que te gusten

http://hansrivadeneira.blogspot.com/2009/07/conquistando-el-misti.html

hans

Anónimo dijo...

Están preciosas esas fotos. Espero algún día yo también ir al Misti.

Saludos

Elena

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Periodista de profesión y viajero por vocación. Me dediqué al periodismo, pero cansado de cubrir noticias negativas decidí darle un giro a mi carrera. Aquí en este blog encontrarás historias de mis viajes, experiencias y anécdotas, que espero disfrutes y, sobretodo, te inviten a tomar tus maletas para conocer nuevos destinos.

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